Las flores parecidas a las gerberas han conquistado los corazones de los amantes de la jardinería y los floristas alrededor del mundo. La gerbera, con su vibrante y variada paleta de colores, se ha establecido como un símbolo de alegría y belleza. Sin embargo, el mundo de las flores tipo margaritas de colores ofrece una amplia gama de opciones que no sólo son visualmente atractivas, sino que también son versátiles y adaptables a diversos entornos. Desde jardines de casa hasta arreglos florales en eventos, estas flores tipo margarita aportan su encanto y personalidad únicas.
Existen varios tipos de margaritas flores que pueden ser confundidas con las gerberas debido a su forma, tamaño y paleta de colores. El objetivo de este artículo es explorar en profundidad algunas de estas variedades, analizando sus características, cuidados y el impacto que tienen en el paisajismo y la jardinería ornamental. Al conocer sobre las margaritas de colores, los jardineros pueden hacer elecciones informadas que no solo embellecen sus espacios, sino que también se ajustan a sus necesidades de cultivo y mantenimiento.
Margarida Shasta: una robusta y clásica opción
La Margarida Shasta, conocida científicamente como Leucanthemum superbum, es una de las alternativas más apreciadas por aquellos que buscan una planta que florezca en verano. Esta especie presenta grandes flores blancas con un centro amarillo, evocando la imagen clásica de una margarita. Se caracteriza por su robustez y su capacidad para adaptarse a diversas condiciones climáticas, lo que la hace ideal para jardines en diversas regiones. La Margarida Shasta puede alcanzar alturas de hasta un metro, proporcionando una presencia notable en el paisaje.
Además de su atractivo visual, la Margarida Shasta es bastante fácil de cuidar. Prefiere el sol pleno, lo que significa que su ubicación debe garantizar al menos seis horas de luz directa al día. Aunque puede tolerar algo de sombra, donde recibe luz filtrada, es en el sol donde realmente brilla. Su suelo ideal es ligero, bien drenado y rico en materia orgánica. Durante el crecimiento activo, que se centra en primavera y principios de verano, se recomienda un riego regular para asegurar que la planta no sufra estrés hídrico. Estas condiciones óptimas no solo fomentan un crecimiento saludable, sino que también extienden el período de floración, que puede durar hasta el otoño con los cuidados adecuados.
Equinácea púrpura: color y propiedades medicinales
La Equinácea púrpura, conocida como Echinacea purpurea, se lleva el reconocimiento no solo por su vibrante color lila y su distintivo centro naranja, sino también por sus múltiples propiedades medicinales. Esta planta perenne se encuentra frecuentemente en jardines de flores y praderas y es particularmente valorada por sus beneficios para el sistema inmunológico. Crece hasta una altura de 1.2 metros y suele florecer a finales de verano, ofreciendo un espectáculo colorido que atraerá a mariposas e insectos polinizadores.
El cultivo de la Equinácea es relativamente fácil, ya que requiere poca atención una vez establecida. Prefiere suelos bien drenados y una exposición solar directa, aunque puede adaptarse a diferentes tipos de suelo. Durante los meses secos, es importante mantener un riego moderado, asegurándose de no encharcar la planta, ya que esto podría provocar enfermedades radiculares. Al igual que con muchas flores tipo margaritas, un entorno adecuado no solo fomenta la salud de la planta, sino que también maximiza sus propiedades decorativas y medicinales.
Margarita común: simplicidad y encanto
La Margarita común, científicamente llamada Bellis perennis, es quizás la más emblemática entre las flores tipo margarita. Su aspecto simple y su facilidad de cultivo la convierten en una opción popular tanto en jardines como en prados silvestres. Su floración se caracteriza por pétalos blancos que rodean un centro amarillo brillante, creando un contraste que resalta su belleza. Esta planta herbácea perenne es capaz de crecer en una variedad de condiciones, desde suelos pobres hasta áreas con sombra parcial, lo que la hace muy adaptable.
El mantenimiento de la Margarita común es mínimo, ya que es resistente a diversas plagas y enfermedades. Además, su naturaleza cespitosa permite que forme colonias densas, lo que resulta ideal para la creación de alfombras de flores. Esta planta prospera mejor en suelos húmedos y bien drenados, y aunque puede resistir un poco de sequía, es recomendable mantener un nivel constante de humedad durante su fase de crecimiento activo. La Margarita común también es apreciada por su capacidad para atraer polinizadores, lo que la convierte en una excelente adición a cualquier jardín que busque fomentar la biodiversidad.
Rudbeckia: la variedad colorida

La Rudbeckia, conocida como Rudbeckia hirta, es una opción menos típica que las gerberas, pero no menos impresionante. Conocida comúnmente como «Margarita negra» debido a su oscuro centro en contraste con pétalos de un amarillo vivo, esta planta aporta un estallido de color en el jardín. La Rudbeckia puede llegar a medir entre 60 y 90 cm de altura, lo que la convierte en una opción destacada para crear puntos focales en el paisaje o en jardineras.
Además de su belleza, la Rudbeckia es una planta extremadamente resistente. Se adapta fácilmente a diversos tipos de suelo, aunque prefiere aquellos que son ricos y con buen drenaje. La exposición al sol es clave para esta planta; requerirá al menos seis horas de luz directa para florecer en su máximo esplendor. Durante el crecimiento activo, especialmente en las épocas de floración, un riego regular es importante y el uso de un fertilizante equilibrado puede ayudar a maximizar la producción de flores. Al igual que otras flores parecidas a las gerberas, su valor ornamental también se ve complementado por su papel en el ecosistema, atrayendo una variedad de polinizadores.
Margarita arbustiva: un desafío gratificante
La Margarita arbustiva, clasificada como Chrysanthemum frutescens, requiere un poco más de atención y cuidado en comparación con otras margaritas. Esta variedad se caracteriza por sus densos arbustos que pueden florecer durante gran parte del año, ofreciendo un espectáculo de colores desde el blanco hasta el amarillo y el anaranjado. Las flores son similares en forma a las gerberas, pero cada planta presenta una rica diversidad en el tamaño y la cantidad de flores que produce, lo que puede hacer que cada ejemplar sea una verdadera joya en el jardín.
El crecimiento de la Margarita arbustiva se beneficia de un suelo bien drenado y requiere una ubicación soleada para prosperar. Este tipo de margarita es, por lo general, más susceptible a plagas y enfermedades, lo que implica una vigilancia constante. Se puede ayudar a mantener la salud de la planta mediante la aplicación de fungicidas, así como una buena rotación de cultivos y prácticas de cultivo responsivas a los cambios en el clima y el suelo. A pesar de esta necesidad de atención, los cultivos exitosos de Margarita arbustiva pueden resultar en una exhibición de flores que realmente destaca, convirtiéndola en un elemento atractivo para cualquier diseñador de paisajismo.
Margarita Dahlberg: resistencia y alegría
La Margarita Dahlberg, conocida como Thymophylla tenuiloba, es otra variedad que destaca en el mundo de las margaritas de colores. Este tipo de margarita es particularmente apreciada por su resistencia y capacidad de adaptación a condiciones adversas. Sus flores amarillas brillantes emergen en racimos, creando un hermoso tapiz dorado en los jardines. Además, esta planta requiere poco mantenimiento, lo que la convierte en una opción ideal para aquellos que buscan belleza sin complicaciones.
La Margarita Dahlberg prospera en suelos secos y bien drenados y se beneficia de una exposición solar completa. Esta especie no sólo es ideal para acentos de color en el jardín, sino que también es perfecta para áreas donde se desea poca necesidad de riego. Atrae a polinizadores, especialmente mariposas, y su resistencia la hace ideal para zonas áridas o rocosas. Naturalmente, su capacidad de adaptación y su floración continua durante la mayor parte del año la posiciona como una opción deseable para el paisajismo moderno.
Margaza: un toque mediterráneo
El Argyranthemum frutescens, comúnmente conocido como Margaza, es otra flores tipo margaritas que merece atención. Esta especie, originaria de las Islas Canarias, se destaca por sus vibrantes colores, que van desde el blanco al amarillo y el rosa. Sus flores son de una forma similar a las gerberas, pero poseen un tamaño más pequeño y un crecimiento más arbustivo. La Margaza es popular en el jardín mediterráneo por su resistencia al calor y sus habilidades para florecer durante largos periodos.
El cultivo de Margaza es relativamente sencillo, ya que tolera tanto suelos secos como húmedos siempre que tengan un buen drenaje. Sin embargo, se recomienda un riego regular en los meses de floración para maximizar el desarrollo de sus flores coloridas. La planta prefiere la exposición al sol, lo que ayuda a su floración continua a lo largo de la temporada. A menudo se utiliza en jardinería paisajística para añadir color y textura a jardines y macetas, convirtiéndose en una opción elegida tanto por su belleza como por su durabilidad.
Margarita Gerbera: el clásico vibrante

La Margarita Gerbera es quizás la más similar a las gerberas que se encuentran en el comercio. Originaria de Sudáfrica, esta planta ofrece una impresionante variedad de colores que incluyen rojos, amarillos, naranjas y rosas. Se puede cultivar en una amplia variedad de condiciones, pero prefiere un suelo rico, bien drenado y una ubicación soleada. Es una de las especies más populares para la creación de ramos y arreglos florales, gracias a su forma vibrante, atractivo y duradero.
El cuidado de la Margarita Gerbera consiste en asegurarse de que la planta reciba suficiente luz solar, así como mantener una humedad adecuada en el suelo sin que llegue a ser empapado. Requiere un riego regular, especialmente durante los meses de verano, pero es crucial no permitir que las raíces se sumerjan en agua, lo que podría provocar problemas como la pudrición. Usar un fertilizante equilibrado puede ayudar a fomentar un crecimiento robusto y flores abundantes, mientras que mantener a raya las plagas suele ser más fácil en condiciones óptimas.
Reina margarita: un toque real
La Reina margarita, o Callistephus chinensis, es una planta de jardín que ofrece una impactante variedad de colores y tamaños. Esta especie se destaca especialmente en jardines de flores, donde su apariencia estructurada puede crear un espectáculo visual impresionante. Las flores son similares a las margaritas, pero con un aspecto más denso y múltiples capas de pétalos. La Reina margarita necesita riego abundante y una ubicación soleada para crecer adecuadamente, lo que puede ser un desafío en climas con alta humedad.
Es vital mantener suelo bien drenado y evitar el encharcamiento, ya que esto puede provocar que la planta se vea afectada por enfermedades. La fertilización regular durante la temporada de crecimiento es también un aspecto imprescindiblemente favorable, ayudando a mantener la floración a lo largo de la temporada. Conversando de nuevos colores, la Reina margarita también puede encontrarse en tonos menos comunes que complementan aún más su atractivo, siendo una opción que sin duda resalta entre otras flores parecidas a las gerberas.
Margarita azul: belleza sutil y versátil
La Margarita azul, o Anemone blanda, es una maravillosa adición al repertorio de tipos de margaritas flores. A menudo confundida con otras plantas, esta especie se caracteriza por sus suaves tonalidades azules y lilas, lo que la convierte en una de las favoritas para amantes de las flores menos comunes. Sus flores suelen despertar la curiosidad por su singularidad y belleza, y florecen a finales de primavera, lo que proporciona un colorido punto de interés en el jardín justo cuando otras plantas están comenzando a despertar.
A pesar de su aspecto delicado, la Margarita azul es una planta resistente que prospera en suelos bien drenados y puede tolerar condiciones de sombra parcial. Sin embargo, se destaca en condiciones de sol moderado, donde puede alcanzar su crecimiento óptimo. Sus necesidades de riego son bastante estándar, con un enfoque moderado durante su periodo de crecimiento. Esta flor no solo embellece el jardín con su color, sino que también es una opción ideal para combinar con otras margaritas de colores, creando un efecto armonioso y agradable a la vista.
Zinia o rosa mística: excentricidad y belleza
La Zinia, conocida también como Zinnia elegans, se manifiesta como una excelente opción entre las flores tipo margaritas de colores. Con su variabilidad en forma y tonalidades, que incluyen colores vibrantes y exóticos, esta flor se establece como una favorita entre los jardineros. Las flores de Zinia son particularmente valoradas por su durabilidad, tanto en el jardín como en cortes para arreglos florales, destacándose por su resistencia al calor y su facilidad de cultivo.
La Zinia disfruta de la exposición al sol pleno y prefiere suelos que sean ricos en nutrientes y estén bien drenados. Es recomendable regarla regularmente, pero sin excesos, asegurando que el agua llegue al cultivo sin encharcarlo. Esta planta atrae una variedad de polinizadores, lo que la convierte en una elección atractiva no solo brotes florales, sino para fomentar un entorno saludable y diverso. Tener tipos de margaritas flores como Zinia en el jardín garantiza un espectáculo de colores y una alegría constante.
Felicia: un toque de alegría azul

La Felicia, conocida científicamente como Felicia amelloides, es una planta de flores pequeñas pero en gran cantidad. Es originaria de Sudáfrica y se destaca por sus vibrantes flores azules, que ofrecen un contraste hermoso con el verdor del follaje. La Felicia tiene una apariencia similar a la de las margaritas y puede crecer de forma compacta, lo que la convierte en una opción ideal para borduras y macizos de flores. Su crecimiento es rápido, lo que crea una espectacular exhibición en poco tiempo.
Con respecto a su cultivo, la Felicia requiere un suelo bien drenado y puede tolerar períodos de sequía, aunque un riego constante le favorece y potencia su floración abundante. Prefiere el sol pleno, lo que resulta en un crecimiento más vigoroso y floraciones duraderas. Es una planta versátil que puede cultivarse en el jardín o en macetas, brindando un alegre impacto visual tanto en ambientes cerrados como al aire libre. Esta pequeña planta, aunque menos convencional que otras flores tipo margarita, definitivamente merece un lugar por su belleza y facilidad de cuidado.
Dimorfoteca: flores con un toque especial
La Dimorfoteca, conocida científicamente como Dimorphotheca sinuata, trae un encanto especial al paisaje. Las flores de Dimorfoteca se parecen a las margaritas, con sus pétalos anchos y una apariencia que recuerda a las margaritas, ofreciendo una variedad de colores que van desde el blanco hasta el morado. Estos colores vibrantes las convierten en una excelente opción para aquellos que desean agregar un toque especial a sus jardines.
Este tipo de margarita florece principalmente en primavera y verano, y requiere condiciones solares adecuadas para prosperar. Prefiere suelos ricos en nitrógeno y un riego moderado, asegurándose de que haya un fundamento adecuado para su crecimiento. Estas plantas son bastante resistentes y pueden tolerar condiciones secas, lo que las hace versátiles en climas con baja precipitación. La Dimorfoteca también es conocida por ser atractiva para polinizadores, lo que la hace un excelente añadido para realzar la biodiversidad en jardines.
Margarita de río: encanto en cada rincón
Finalmente, la Margarita de río, clasificada como Brachycome iberidifolia, es una planta rastrera que aporta belleza a los jardines, especialmente en áreas de gran escondite. Su crecimiento forma matas de flores que resuelven una mezcla corriente de tonos azules, morados y blancos. Esta planta de flores parecidas a las gerberas se convierte en una excelente opción para colocar en bordes y jardineras, creando una cobertura encantadora con sus flores que aparecen casi contínuamente a lo largo de la temporada.
La Margarita de río requiere suelos bien drenados y exposición a pleno sol para florecer adecuadamente. A pesar de su tamaño más reducido y crecimiento más cercano al suelo, se adapta bien a diversas condiciones, siempre que se mantenga el riego adecuado. Esta planta se destaca por su floración abundante, lo que garantiza que el jardín permanezca vibrante, creando un escenario cautivador en cada rincón donde se plante. Las flores tipo margarita como la Margarita de río son perfectas para el llenado de espacios, agregando color y vida.
Conclusión
Las flores parecidas a las gerberas presentan una rica diversidad de tamaños y colores que enriquecen tanto los jardines como los arreglos florales. Desde la robusta Margarida Shasta hasta la delicada Margarita de río, cada especie ofrece algo único. La exploración de las características y cuidados de cada una de estas flores tipo margaritas de colores ayuda a jardineros y entusiastas a seleccionar las variedades que mejor se adapten a sus necesidades y preferencias. A través de su cultivo, las tipos de margaritas flores no solo embellecen la estética del entorno, sino que también contribuyen a una red vital de polinización y biodiversidad. Al considerar la inclusión de estas plantas en su jardín, los cultivadores pueden disfrutar de la belleza estacional que las margaritas aportan, creando espacios vibrantes llena de color y vida.

